“Don Álvaro o la fuerza del sino” nos narra la historia de un amor condenado por la fatalidad. Don Álvaro, joven noble indiano, pretende a Leonor, hija del marqués de Calatrava. La desconocida procedencia de don Álvaro hace que el marqués se oponga al enlace, por lo que ellos deciden escapar juntos. La noche de la huida, el padre de la dama los descubre e intenta detenerlos. Cuando don Álvaro lanza su pistola al suelo en gesto de sumisión, ésta se dispara accidentalmente y hiere de muerte al marqués. En la confusión del momento, don Álvaro y Leonor se separan, creyendo ambos que el otro ha muerto a manos de los criados.
Leonor se refugia en una ermita, con la intención de expiar sus pecados con una vida de contemplación. Álvaro se alista en la armada, bajo nombre fingido, y parte a Italia a buscar la muerte. Su temeridad en el combate le convierte pronto en un héroe. Gracias a ella traba amistad con don Carlos, hermano de Leonor, aunque ninguno conoce la verdadera identidad del otro. Cuando Carlos, por casualidad, descubre quién es su amigo, le reta a un duelo. Álvaro intenta lo, pero al no lo, en el duelo lo mata.
Atormentado por la culpa, regresa a España y se refugia en un monasterio, situado junto a la ermita donde se había refugiado Leonor. El último de los hijos del marqués da con él. Este vuelve a retar a don Álvaro, quien hace todo lo posible por evitar batirse en duelo. Alfonso, ya conoce el verdadero origen don Álvaro, lo cual no impide sus intenciones de matarlo. Álvaro le hiere de muerte, y cuando Leonor sale de su ermita y se abalanza sobre el cuerpo agonizante de su hermano, quien aprovecha momento para clavarle un puñal. Don Álvaro histérico, se quita la vida precipitandose por un acantilado.
Leonor se refugia en una ermita, con la intención de expiar sus pecados con una vida de contemplación. Álvaro se alista en la armada, bajo nombre fingido, y parte a Italia a buscar la muerte. Su temeridad en el combate le convierte pronto en un héroe. Gracias a ella traba amistad con don Carlos, hermano de Leonor, aunque ninguno conoce la verdadera identidad del otro. Cuando Carlos, por casualidad, descubre quién es su amigo, le reta a un duelo. Álvaro intenta lo, pero al no lo, en el duelo lo mata.
Atormentado por la culpa, regresa a España y se refugia en un monasterio, situado junto a la ermita donde se había refugiado Leonor. El último de los hijos del marqués da con él. Este vuelve a retar a don Álvaro, quien hace todo lo posible por evitar batirse en duelo. Alfonso, ya conoce el verdadero origen don Álvaro, lo cual no impide sus intenciones de matarlo. Álvaro le hiere de muerte, y cuando Leonor sale de su ermita y se abalanza sobre el cuerpo agonizante de su hermano, quien aprovecha momento para clavarle un puñal. Don Álvaro histérico, se quita la vida precipitandose por un acantilado.